7/12/14

Definición del mobbing


Definición del problema del mobbing (acoso laboral)

En esta sección trataremos de definir el problema del mobbing o acoso laboral, problema conocido desde hace relativamente poco tiempo pero que está afectando de forma grave a la vida laboral de una gran proporción de la población, causando además graves secuelas en la salud física y emocional de las personas que lo sufren.

 
1. ¿Qué es el mobbing o acoso laboral?

·         El mobbing, también conocido como acoso laboral o acoso moral, es la acción de un acosador o acosadores sobre una víctima, con el fin de producirle miedo hacia su lugar de trabajo. Las victima reciben una violencia injustificada de tipo psicológico, manifestada a través de actos hostiles (insultos, rumores, vacio…). Estas acciones pueden prolongarse durante meses o incluso años y, en los casos más graves, se puede llegar a la violencia física o sexual.

·         Para definir el acoso laboral, podríamos decir que es toda conducta abusiva realizada de forma consciente, repetitiva y premeditada y que atenta contra la dignidad y la integridad física o psicológica de la persona afectada, con el objeto de conseguir que abandone el puesto de trabajo o de empeorar su clima laboral.

·         El objetivo final del mobbing suele ser conseguir el abandono del puesto de trabajo por parte de la víctima, ya que la consideran una amenaza para sus intereses personales. Este acoso puede llegar tanto de los superiores (para conseguir eliminarla de la empresa sin coste económico) como de los propios compañeros de trabajo (por la necesidad de control y destrucción de un individuo con tendencias psicopáticas).

·         El mobbing suele utilizar técnicas de “tortura” muy sutiles. El acoso es clandestino y no suele haber testigos que se pongan de parte de la víctima y estén dispuestos a testificar sobre lo que está sucediendo. Este tipo de violencia no deja huella, tan solo puede percibirse el progresivo deterioro físico y psicológico de la víctima. Por ello, hay ocasiones en los que la propia víctima se encuentra indefensa pensando que nadie va a creerle o que la gente creerá que ha hecho algo para merecer ese trato. Hay muchos casos en los que la víctima sufre este acoso sin saberlo, pensando que es una parte de su trabajo que debe soportar.

·         Por ello, es importante que la persona tome conciencia de que lo que le están haciendo no es correcto y que no se culpabilice. Para poder denunciarlo deberá además conseguir datos reales y objetivos de lo que está sucediendo (testigos, grabaciones, escritos…) que puedan probar, sin ninguna duda, que no se trata de algo surgido de su imaginación.

·         La sociedad se está sensibilizando ante este problema, que ha sido calificado como “la plaga laboral del siglo XXI”. Esto está haciendo que las empresas tomen medidas para prevenir, detectar y cortar de raíz estas situaciones.

2. Diagnóstico del mobbing: Situaciones que sí son mobbing y situaciones que no lo son

En su significado original, el termino mobbing se utilizaba para explicar el comportamiento animal en el que varios miembros débiles de una misma especie atacaban a un miembro más fuerte. En la actualidad se utiliza para describir la situación en la que un individuo es sometido a presión psicológica por uno o más miembros del grupo, con la complicidad o silencio del resto. Los expertos opinan que el este tipo de acoso es una de las experiencias más devastadoras que puede sufrir un ser humano en una situación social “normal”.

Para que una situación de acoso pueda ser considerada como mobbing se requiere que sea una conducta consciente, que tenga como objetivo disminuir la estima o las capacidades de la persona en su puesto de trabajo para poder eliminarla del grupo y que se mantenga en el tiempo (al menos seis meses) con una frecuencia de acoso al menos semanal.

Para aclarar aún más el concepto explicaremos a continuación que situaciones pueden calificarse como mobbing y cuáles no:

Sí es mobbing:
 
  • Ataques a la víctima con medidas organizacionales: Rechazo a reconocer su valía, trato inferior a los demás, sobrecarga de trabajo o, por el contrario, asignarle tareas de poca valía o dejarle sin trabajo, robar su trabajo, negarle la formación necesaria para realizar su trabajo, cambiar continuamente sus objetivos, ser objeto de procedimientos disciplinarios por causas insignificantes o inventada. 
  • Ataques a la víctima mediante aislamiento social: Ser separado o marginado de sus compañeros, ser humillado o criticado, distorsionar sus palabras o conductas…
  • Ataques a la vida privada: Negarle permisos o vacaciones, recibir burlas sobre su vida privada…
  • Situaciones muy graves: Violencia física ya sea sobre objetos (tirar cosas, dar portazos, etc) o sobre la propia víctima.

No es mobbing:

  • El rechazo social por el que una persona es ignorada pero no perseguida.
  • El stress generado por trabajar bajo presión o en ambientes muy competitivos.
  • Mantener conflictos con compañeros.
  • Padecer un jefe con personalidad complicada (autoritario, exigente, perfeccionista…)
  • Situaciones conflictivas laborales por diferencia de intereses.
  • Conflictos interpersonales puntuales entre dos individuos del mismo poder.
  • Conflictos laborales en los que esté afectado un grupo de trabajadores.

3. Diferencias entre el mobbing y el stress laboral y el síndrome del burn-out

Es importante saber distinguir entre el mobbing y otros trastornos laborales similares para poder decidir cómo actuar si estamos padeciendo alguno de ellos o ayudar a una persona que los esté sufriendo.

En muchas ocasiones el mobbing se suele confundir con otro trastorno llamado burn-out o “síndrome del quemado”. Este síndrome significa estar desgastado por circunstancias puntuales de nuestro trabajo (exceso de carga de trabajo por circunstancias de la producción, exceso de horas, mal ambiente por algún conflicto puntual…) o por características especificas del puesto (trabajos que requieren mucha atención, ambientes demasiado competitivos…). Estas circunstancias, ya sean puntuales o características del puesto, exigen una intensa actividad emocional o psicológica, lo que puede hacer que la persona “se queme”.

Otras veces, se confunde el mobbing con el stress laboral. Sin embargo, el stress está causado por las propias características del puesto de trabajo y la interpretación que de ellas haga la persona afectada. Por poner algunos ejemplo, una persona muy perfeccionista puede estresarse porque cree que no llega a los límites que él mismo se impone en el trabajo, una persona muy ambiciosa puede estresarse por intentar ascender y destacar, una persona insegura puede creer que no su trabajo no tiene la calidad suficiente y que le despedirán… En cuanto a las circunstancias externas que pueden provocar estrés laboral podemos citar los cambios de turno, las jornadas excesivas, la inestabilidad laboral…

Las diferencias fundamentales que podemos señalar entre el mobbing y el estrés laboral son las siguientes:

  • En el mobbing podemos señalar un “culpable” externo que es el que ejerce CONSCIENTEMENTE una presión psicológica mientras que en el estrés no suele haberlo.
  • En el mobbing existe el objetivo de ir menoscabando las energías, la reputación y las relaciones de la persona elegida para que acabe abandonando el puesto de trabajo.
  • El mobbing se mantiene en el tiempo y va subiendo de intensidad.
 
4. Dimensión del problema

Hay pocos estudios específicos principalmente europeos sobre este trastorno, algunos expertos señalan que se trata de un problema grave que sufren entre el 10 y el 15% de los trabajadores en activo.
 
Otros estudios, más moderados, señalan esta frecuencia en torno al 4%. A pesar de que puede parecer una cifra menos preocupante, si tomamos como media una vida laboral de treinta años, tendríamos que uno de cada cuatro trabajadores que se incorporan al medio laboral corre el riesgo de sufrir acoso laboral en algún momento de su vida profesional.
 
Los expertos señalan también que estas cifras son poco significativas, ya que no tienen en cuenta a la gente que está sufriendo este problema sin saberlo por falta de información o a la gente que, aun sabiéndolo, no se atreve a denunciarlo.
 
El mobbing puede darse en todas las empresas, siempre que se permita, y en todos los sectores profesionales. Sin embargo, parece que el sector más afectado es el de los servicios y que las profesiones en los que la incidencia es mayor son salud y educación . La causa de esta mayor incidencia podría deberse a que las personas que se dedican a estas profesiones suelen poseer ciertas características psicológicas que atraen a los acosadores, como la empatía, la sensibilidad o la atención a los demás.
 
En cuanto a la distribución de este trastorno por sexos, el 55% de los afectados son mujeres frente al 45% de hombres, por lo que las diferencias no son significativas. Si hay una diferencia en el sexo de los acosadores, ya que la mayoría de hombres son acosados por hombres y la mayoría de mujeres son acosadas por mujeres. Esto puede deberse a que en la estructura laboral de las organizaciones y los puestos ya existe de por si esa distinción, es decir, que generalmente los hombres trabajan normalmente rodeados de hombres y las mujeres de mujeres.
 
 En cuanto a los grupos de edad, dos de cada tres víctimas es menor de treinta años. También se da con mayor frecuencia entre los trabajadores eventuales que entre los fijos.
 
El estudio señala también que las victimas no suelen enfrentarse a sus agresores, sino que esperan que el acoso pase por sí solo, y que no suelen recibir ayuda de sus compañeros de trabajo.
 
En el Perú no se tiene datos sobre este grave problema algunos estudios exploratorios se han desarrollado .

 

 
Aun asi el  Perú no cuenta actualmente con regulación sobre este tipo de problema sociolaboral, lo que no implica el total desamparo de quienes padezcan esta situación, por ejemplo a través de la ley del código de ética de la función pública, la Ley Nº 27942 de prevención y sanción del hostigamiento sexual o el decreto legislativo Nº 728 (Ley de Productividad y Competitividad Laboral) que expresa distintos actos de hostilidad que pueden conllevar el despido.


 

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