O anarcocolectivismo es una de las
escuelas clásicas del anarquismo. Es una corriente de pensamiento acerca de la economía.
Fue defendido por, entre otros Mijaíl
Bakunin, James Guillaume o Ricardo
Mella.
Afirma que el productor debe recibir el producto
íntegro de su trabajo. La propiedad de los medios de producción, distribución y
cambio debe ser social y administrada por los propios trabajadores reunidos en
pequeñas asociaciones por afinidad, las que a su vez
estarían confederadas a través del principio federativo. Pero este sistema
federal debe dejar, según los colectivistas, autonomía a las asociaciones que
autogestionan los medios de producción.
Fue el conjunto de principios enunciados
principalmente por Mijaíl Bakunin. Sus seguidores fueron expulsados de la Primera Internacional por las discrepancias
con Karl
Marx a la hora de afrontar los problemas del proletariado.
Las ideas de Bakunin en contra del Estado y la
necesidad de la acción directa forjaron esas discrepancias con la
consiguiente creación del anarquismo militante como movimiento obrero
internacional organizado. El anarcosindicalismo será la forma de llevar a cabo
estas ideas. Bakunin afirmaba en Dios
y el Estado
“La concepción materialista, realista y colectivista
de la libertad, opuesta a la idealista, es la siguiente: el hombre toma
conciencia de sí mismo y de su humanidad sólo en la sociedad y sólo por la
acción colectiva de toda la sociedad. Se libera del yugo de la naturaleza
externa sólo por medio del trabajo colectivo y social que puede transformar la
tierra en un medio favorable al desarrollo de la humanidad. Sin esa
emancipación material, la emancipación intelectual y moral del individuo es
imposible…el individuo aislado no tiene la posibilidad de tomar conciencia de
su libertad...
“Yo sólo me puedo sentir libre en la presencia de
otros hombres y en relación con ellos…Yo mismo no soy libre ni humano hasta que
no pueda reconocer la libertad y la humanidad de todos mis semejantes.
“Sólo soy verdaderamente libre cuando todos los seres
humanos, los hombres y las mujeres, son igualmente libres. La libertad de los
demás hombres, lejos de negar o limitar mi libertad, es, por el contrario, su
premisa necesaria y su confirmación. Es la esclavitud de los otros hombres la
que levanta una barrera a mi libertad o, lo que significa lo mismo, es su
bestialidad la que es la negación de mi humanidad. Porque mi dignidad como
hombre, mi derecho humano, que consiste en negarme a obedecer cualquier otro
hombre y a determinar mis propios actos en conformidad con mis convicciones, está
reflejada en la conciencia igualmente libre de todos y confirmada por el
consenso de toda la humanidad. Mi libertad individual, confirmada por la
libertad de todos, se extiende hasta el infinito.”
Respecto al estado y al comunismo plantea en Congreso de la Liga de la Paz
y la Libertad. Berna, septiembre de 1868).
“Detesto el comunismo porque es una negación de la
libertad, y no puedo concebir nada humano sin la libertad. No soy comunista
porque el comunismo concentra su atención y aspira a la absorción de todos los
poderes de la sociedad en el Estado porque lleva necesariamente a la
centralización de la propiedad en manos del Estado, mientras yo deseo la
abolición del Estado, la desaparición total del principio de autoridad y de
tutelas del Estado que, con el pretexto de moralizar y civilizar a los hombres
lo que ha hecho hasta ahora es esclavizar, oprimirlos, explotarlos,
pervertirlos. Soy partidario de organizar la sociedad y la propiedad colectiva
o social de abajo arriba, mediante la asociación libre, y no de arriba abajo a
través de una autoridad, cualquiera que ella sea. Siendo partidario de la
abolición del Estado, lo soy de la abolición de la herencia individual de la
propiedad, que es una institución del Estado, una consecuencia del principio del
Estado. En este sentido soy colectivista y en modo alguno comunista.”
En
la discrepancia entre él y el
individualista, se expresa:
“La
libertad de los individuos no es un hecho individual: es un hecho, un producto
colectivo. Ningún hombre podría ser libre fuera de la humana sociedad y sin su
concurso. Los individualistas, los falsos hermanos que hemos combatido en todos
los congresos de trabajadores han pretendido, de acuerdo con los moralistas y
economistas burgueses, que el hombre puede ser libre, puede ser hombre fuera de
la sociedad: porque la sociedad fue fundada mediante un contrato libre de
hombres anteriormente libres.”
Principios
básicos del anarquismo colectivista
Los
principales postulados del anarqusimo colectivista son los que siguientes:
·
Abolición del Estado al pensarse que éste estará
siempre corrupto y en manos de una clase privilegiada.
·
La autoridad tiene que ser el espíritu público y
colectivo.
·
Igualdad, libertad, fraternidad.
·
Destrucción de todas las instituciones de la
desigualdad, la fundación de la igualdad económica y social de todos. Sobre
esta base se elevarán la libertad y la moralidad y se construirá la humanidad
solidaria.
Discusiones
con los comunistas libertarios
La discusión entre anarquistas colectivistas y
comunistas libertarios tuvo lugar principalmente a finales del siglo XIX.
Las dos grandes diferencias con el comunismo libertario son:
1. Los
comunistas libertarios defienden la consigna "de cada uno según su
capacidad, a cada uno según su necesidad", lo cual choca con los
colectivistas que proponen la retribución según el mérito.
2. Los
comunistas libertarios proponen que la federación de estas asociaciones planifique la economía de
forma democrática,
que recauden lo producido y luego lo redistribuya según las necesidades de los
individuos. Además, esta confederación fijaría determinadas pautas sobre la
forma de producción y de trabajo. Los anarquistas colectivistas, en cambio,
propone dar mayor autonomía a las asociaciones.
3.
Ante estas discusiones, la mayoría de
anarquistas, viendo que les conducía a un callejón sin salida, optaron por
denominarse "anarquistas sin adjetivos":
optaron por la síntesis y tendieron a converger en la lucha del día a día.
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