22/12/14

Protagonistas del mobbing 2

 
Factores agravantes del proceso de acoso laboral
 
  
Existen una serie de factores que pueden hacer que el proceso de acoso laboral aumente en intensidad o se mantenga en el tiempo. Estos factores pueden depender tanto de la víctima, como del acosador y del entorno en el que ambos se muevan. Los explicaremos más detenidamente:
  
Factores de la víctima: Si la víctima tiene una autoestima baja, puede resultar excesivamente sensible a los ataques del acosador, sentir que la situación es culpa suya y que merece los malos tratos a los que le someten… También es importante el grado de apego que siente el acosado por su puesto de trabajo. Si la persona es adicta al trabajo o, sin llegar a esos extremos, considera que el puesto es muy importante para ella, le será muy difícil escapar de la situación y arriesgarse a quejarse o a denunciar, pudiendo incluso pensar que por ese puesto de trabajo merece la pena soportar el dolor y las consecuencias negativas que provoca el mobbing. Por último, cuanto más desprotegida y vulnerable sea la victima (gente sin familia o apoyo social), más fuertes serán los ataques del acosador y más se prolongarán en el tiempo.
 
Factores del acosador: La gravedad y tipo de los ataques dependerán de la personalidad y de los trastornos psicológicos del acosador. Si el acosador es un narcisista, intentará convencer a los demás de que él es la víctima y ponerles en contra del verdadero acosado. Este tipo de agresores utilizan el discurso y los ataques de tipo psicológico o emocional. Por el contrario, si el acosador es de tipo paranoico, suele tener una personalidad rígida y tiránica, carecer de sentimientos de culpa y ser más propenso a la violencia física.
   
Factores del entorno: Si tanto la institución como los compañeros de trabajo miran hacia otro lado y consienten el mobbing, la situación se alargará en el tiempo. En ocasiones, el acoso laboral puede venir desde los puestos altos de la empresa, por lo que la persona se encontrará totalmente desprotegida y sin tener a quien acudir. En cuanto a los compañeros, si éstos, además de permitir el acoso, colaboran activamente en él, acelerarán el proceso del mobbing, llegando mucho más rápido a las fases más graves y haciendo más probables las agresiones física
  
 
Factores psicosociales y organizacionales que favorecen la aparición del mobbing
 
 No en todas las instituciones  pueden aparecer casos de acoso laboral con la misma facilidad. Existen una serie de factores en la organización que pueden favorecer o dificultar la aparición del mobbing, como su estilo de mando y de liderazgo, sus canales de escucha y de participación de los empleados… Asimismo, también depende de los factores psicosociales de la empresa dicha aparición, es decir, de los grupos formados, el clima de trabajo, las relaciones interpersonales entre los compañeros…
Supervisión: En una institución en la que no se vigilen las relaciones entre los jefes y sus subordinados ni el clima laboral, será más fácil que el mobbing aparezca.
  Estilo de liderazgo: Hay instituciones que continúan creyendo que conseguirán mejores resultados con un estilo de mando autoritario y presionando a sus empleados.
 
Gestión inadecuada de los conflictos: Muchos superiores opinan que no han de intervenir en los conflictos entre sus empleados. Esta actitud puede ser interpretada por el acosador como permisiva.
 
Relaciones con los jefes, subordinados y compañeros: Si desde las directrices de la empresa no hay una política de respeto mutuo, será más fácil que se den casos de acoso laboral.
Falta de canales de comunicación: Muchas de las personas que padecen acoso no pueden denunciar su situación en la empresa, ya sea porque el acosador está en la cima de la cadena de mando o porque no existen canales adecuados en los que pueda exponer su queja.
 
Clima del grupo: Los grupos de trabajo conflictivos, en los que aparecen subgrupos enfrentados o un líder autoritario, serán más propensos a la aparición del mobbing.
 
Presiones/Carga de trabajo/Alta competitividad: Hay tipos de trabajo que, al exigir demasiado de sus trabajadores o enfrentarles por los resultados, se convierten en caldos de cultivo ideales para la aparición del mobbing. En estos trabajos es muchas veces la propia dirección de la organización la que crea y estimula este clima negativo entre los trabajadores, poniendo los resultados económicos por encima de los factores humanos.
 
Definición de funciones y responsabilidades: Si la institución no define los roles y responsabilidades de cada trabajador, es más fácil que haya equívocos, gente que se toma responsabilidades que no le competen… Esto perjudica el clima laboral y puede crear indefensión en los empleados, que no saben qué ordenes deben obedecer o a quién acudir para solicitar ayuda.
Profesiones más afectadas por el mobbing
 Existen una serie de sectores profesionales en los que, según las encuestas, los casos de acoso laboral son más frecuentes. Estas profesiones, encuadradas normalmente dentro del sector terciario o de servicios, son:
 
  • Funcionarios y personal de las administraciones públicas, ya sean locales, regionales o estatales: En este sector el mobbing es frecuente ya que, al no poder despedir a los trabajadores, se les “tortura” para conseguir que se marchen. Como trágico ejemplo de esta situación podemos citar el caso de la empresa francesa France Telecom, que, incapaz de despedir a sus trabajadores por tener éstos el status de funcionarios, comenzó una campaña de “desmotivación” que se saldó con más de 40 suicidios de sus empleados entre los años 2009 y 2010. 
  • Trabajadores de la enseñanza en todos los niveles educativos (primaria, media y universitaria) y cuidadores de guarderías y escuelas infantiles. Destacan los casos de mobbing en el ambiente universitario. Guillen Bou, fundador de la Plataforma contra la corrupción y el acoso en la universidad pública española, califica a este sector diciendo que “la endogamia, el acoso y el caciquismo son el modus vivendi habitual en la universidad española”. 
  • Trabajadores del sector sanitario: Es el sector más afectado, quizá porque en ellos abundan las personas empáticas y sensibles, que son características buscadas por los acosadores. 
  • Personal de hostelería y turismo
  • Informáticos
  • Auditores 
  • Personal de instituciones financieras 
  • Personal de organizaciones “ideológicas” (partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas, ONGs…) 
En el punto opuesto en cuanto a la incidencia de casos de acoso laboral se encuentra el sector de la producción, sobre todo si es producción técnica. En este sector, cuando aparece violencia, ésta suele ser más abierta y directa, ya sea verbal o física. Parece ser que, cuanto más se sube en la escala sociocultural y en la jerarquía de la empresa, la violencia deja de ser directa y va haciéndose más perversa y sofisticada, favoreciendo los casos de acoso laboral.
 Diferencias en la forma de acoso de hombres y mujeres
 Según los estudios, no existe una gran diferencia entre el número de acosadores que pertenecen al sexo masculino y al femenino, al igual que tampoco hay una gran diferencia entre las víctimas. Lo único que se ha podido encontrar es que, normalmente, las mujeres suelen ser acosadas por mujeres (aunque también hay un gran número de casos de mujeres acosadas por sus jefes varones) y que los hombres suelen ser acosados por hombres. No se han podido extraer muchas consecuencias de estos datos ya que podría deberse a que, en muchos lugares, continua habiendo una separación del trabajo por sexos, de manera que las mujeres trabajan en entornos en los que mayoritariamente solo hay mujeres y los hombres, en lugares en los que sólo hay hombres.
Lo que si se ha encontrado en los estudios, es una serie de diferencias en el estilo de acoso, según el acosador sea hombre o mujer. Estas son las principales diferencias:
Si el acosador es hombre:
El estilo de acoso es más directo y suelen ser protagonistas de ese acoso. Algunas de las acciones de acoso que suelen realizar son las siguientes:
  • Ignorar a la víctima y no dirigirle la palabra
  • Amenazarla y presionarla
  • Atacar su vida personal y sus creencias religiosas y políticas, su estilo de vida y sus características personales
  • Burlarse de la víctima y tomarle el pelo
  • Interrumpirle cada vez que habla 


Si el acosador es mujer:
 
El estilo de acoso es indirecto y más sutil. Normalmente intentan conseguir la colaboración de los demás en el acoso, de manera que aíslan a la victima sin ser protagonistas del maltrato. Algunas de las acciones de acoso que realizan las mujeres son las siguientes:
  •  Ridiculizar a la victima
  • Hablar mal a su espalda y difundir rumores
  • Criticar su trabajo, sus características personales, sus creencias y su estilo de vida, ya sea con datos reales o inventados
  • Hacer alusiones difusa
 
La actuación de los compañeros como clave del acoso laboral
  •  En la mayoría de los casos de acoso laboral, el acosador no es el único protagonista del maltrato. Normalmente el acosador busca la ayuda de los demás trabajadores para que imiten su conducta y colaboren en el maltrato.

  •  El acosador suele comenzar haciendo que los compañeros pierdan el respeto a la dignidad del maltratado. Esto lo consigue mediante rumores, mentiras, críticas… Se trata de hacer creer a los compañeros que el acosado merece ese maltrato, que es él quien se lo ha buscado con su actitud, su falta de capacidad en el trabajo o sus características personales. Muchas veces el maltratador, que ha construido una imagen de buena persona frente a los demás compañeros, se coloca el cartel de víctima, haciendo creer que es él quien ha sido atacado sin razón por el acosado y convirtiendo ese linchamiento en un acto de justicia y reivindicación.

  • Otra de las tareas del acosador es convencer a los demás de que el maltrato no es tal, sino que es algo trivial e inofensivo. Es decir, pocos participaríamos en destrozar psicológicamente a un compañero, aunque le conozcamos poco e incluso aunque nos caiga mal. El acosador se encarga de trivializar los ataques, haciendo creer a los compañeros que son sólo bromas sin importancia o pequeñas burlas que no causan verdadero daño. Así, el acosador consigue, mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad, aislar a la víctima y que los demás sean quienes realicen el trabajo sucio por él.

  • Hay casos en los que existen excepciones, en las que alguna persona no se deja llevar por la campaña de descredito contra el acosado y la defiende, lo cual significa un verdadero alivio para la víctima, que siente que no está solo y que alguien cree en él. Normalmente, cuando alguien apoya a un acosado, suele ser una persona con grandes convicciones morales, una personalidad fuerte y una posición estable e importante en la empresa. De no ser así, puede convertirse en la siguiente víctima del grupo de acosadores.

  • Por ello, en la mayoría de los casos, los compañeros participan en el acoso o, como mínimo, lo ignoran y miran hacia otro lado.

  •  Tener personas en el grupo que apoyen al acosado, además de ayudarle a recuperarse, puede detener el acoso, ya que los agresores suelen ser personas con miedo a ser derrotados y salir perjudicados. En estos casos, si la victima tiene el suficiente apoyo a nivel interno, pueden detener sus agresiones. Por ello, si estamos observando a nuestro alrededor uno de estos casos y nos damos cuenta de la injusticia que se está cometiendo con una persona y el daño que se le está haciendo, es imprescindible plantarse y romper la unanimidad del grupo de acosadores. Aunque sea difícil y nos dé miedo enfrentarnos, debemos ser conscientes de que una sola persona puede suponer la diferencia.
 Factores de resistencia al acoso laboral
 Aunque no hay un perfil definitorio de las víctimas del acoso que se cumpla en todos los casos, parece ser que se repiten una serie de factores que convierten a la persona que los posee en “inmunes” o, al menos, más resistentes al mobbing. Estos factores, que pueden evitar el acoso en ocasiones o hacer que sus consecuencias negativas sean menores son los siguientes:
 
  • Buena constitución física y mental: Este factor suele ir unido a una alta autoestima y seguridad en uno mismo, lo que hará que el acosador nos vea como menos vulnerables y que, en caso de sufrir acoso laboral, dispongamos de más herramientas para resistir.

  • Confianza en uno mismo: Este factor nos “vacuna” contra los sentimientos de culpa e inseguridad, que suelen ser muy comunes entre las personas que sufren mobbing

  •   Consideración positiva del entorno: Una persona que no considere el ambiente que le rodea como una fuente de peligro ni a todos los demás como posibles enemigos, tendrá más posibilidades de encontrar apoyos y soluciones.

  • Apoyo social: Los acosadores suelen elegir a sus víctimas entre gente que se encuentra sola (inmigrantes, gente sin familia…) ya que son más vulnerables a sus ataques. Una persona que pueda hablar con sus familiares y amigos de lo que le está ocurriendo y recibir su apoyo y consejos, será menos vulnerable al mobbing y sufrirá en menor medida sus consecuencias negativas. Si la posible víctima tiene apoyos dentro de la institucion, al acosador le resultará mucho más difícil aislarle y maltratarle.

  • Condiciones económicas estables: Hay personas que, a pesar de estar sufriendo muchísimo en su puesto de trabajo, no pueden permitirse denunciar o abandonarlo porque su situación económica peligraría. Según esto, una persona con una economía estable, al no tener miedo de perderlo todo, podrá tomar las determinaciones necesarias para salir de la situación de acoso. Del mismo modo, una persona que tenga disponibles otras alternativas laborales, no se verá obligada a permitir el acoso en su actual puesto.

  • Capacidad de resolución de problemas: Muchas de las personas que han sufrido acoso laboral admiten que no supieron reaccionar en los primeros ataques y que simplemente esperaron a que la situación se resolviese por sí sola, actitud con la que sólo consiguieron que estos fueran haciéndose más agresivos y frecuentes. Una persona capaz de buscar soluciones en los primeros ataques y llevarlas a la práctica evitará que el acosador se haga más fuerte.

  •  Saber buscar ayuda y protección: Si la persona que empieza a padecer mobbing sabe a quién acudir para detenerlo (un superior, el departamento de recursos humanos de la empresa, la justicia…), evitará que la situación se agrave.


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